Diane Lockhart no tiene que
explicarse a sí misma, se la suda ser cincuentona y soltera y sin hijos, pero a
chorros.
Diane Lockhart supera a todos los
hombres del mundo en el que vive sin tener que ser un hombre.
Quiero ese abrigo |
Diane Lockhart se ríe de sí misma
constantemente. Es capaz de enrollarse con un republicano de pro experto en balística
y hasta de enamorarse de él, cuando ella es una abanderada del rechazo a las armas
y la violencia.
No debía de quererte, no debía de quererteeeee.... |
Qué invento es esto |
Diane Lockhart viste y calza unos estilismos que se caga la perra.
Wearing red in court. Pull that off si tienes cojones. |
Diane Lockhart tiene una de las risas
más maravillosas que he escuchado, music to my ears. Es imposible no amarla,
adorarla cuando ríe.
Diane Lockhart no es guapa y ni falta que le hace.
Diane Lockhart no es una perraca
celosa y cabrona con sus subordinadas, como en las series suelen presentar a
este tipo de personajes y como en la vida real acostumbra a suceder.
Diane Lockhart tiene una sólida amistad
con un hombre muy atractivo sin por ello tener la necesidad de jinkárselo a toda costa.
Everything but the sex. |
Diane Lockhart es experta en la delicada a la par que artística técnica del consumo de lingotazos en momentos clave con una cooleza infinita.
Aunque me conformaba con ser la
Baranski, que tela marinera también. Cómo olvidar a la grandiosa Beverly “averigua
qué marca de perfume usaba su padre” Hofstadter. Sólo dos apariciones hicieron
ese rostro inolvidable.
Tanto que cuando la vi haciendo de novia ochentera del
prota en la pedorrez pija de El Misterio Von Bullow me sentí como si viera a mi
bisabuela en el video de mi primera comunión.
Esos perfilados y pelucones marcaron una época. |
Lo dicho. Gran-diosa.
La verdad es que estoy de acuerdo!!! Yo también quiero ser como ella!!!!
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