martes, 18 de diciembre de 2012

Surprise, motherfucker!!


Fuck the police!! (tenía que decirlo, es mi pequeño homenaje a N.W.A. y su “Sa Prize part 2”) Get paid back, you're motherfucking right, yo.


Homenaje al olfato policial nigga.



Madre mía qué pedazo de season finale la de Dexter, qué maravilla.


Por fin la serie va hacia alguna parte, nos habíamos tirado temporadas enteras de tramas episódicas y hasta temporadas episódicas si me apuras, que si mato a uno, que si descuartizo a otro, que si este es malo malísimo esta temporada, me hago su coleguita pero al final de la misma me lo cargo y volvemos a empezar…y nadie trascendía.



Años queriendo ver esta foto.



POR FIN pasan más cosas, aunque esto signifique tener que prescindir de personajes principales, pero es que sin ello la historia no avanzaba, coño.



Por fin se dieron esos momentos que hemos estado anhelando, Piotr Petrovich style en Crimen y Castigo. Uff qué sudores fríos, que interrogatorios, qué silencios: por diosss que contesten algo a la pregunta yaaa!!!! 



Pues tú dirás...



Esa María LaGuerta con más razón que un santo, limpiando el nombre del Sgt. Doakes de sus entrejoides, pregunta tras pregunta, y mientras tanto Dexter y la anoréxica de su hermana Debra (en la vida real exmujer de Michael C. Hall/Dexter, que lo sepáis, qué endogamia, endevé) ahí con cara de poker y con más sangre fría que un cocodrilo en el Perito Moreno. Y yo con el corazón en un puño y a su vez pensando “acanbelivit que tengan estos cojonazos”, le doy al pause y me preparo una tila doble porque así no se puede vivir!




Ángel y ese acento cubano de séptima generación por lo menos.



Los dos interrogatorios que se dieron, uno real y otro de tapadillo, fueron lo mejor de todo Dexter (in my oppinion) hasta la fecha y el momento ascensor tuvo su carga también. Yo ahí ya tuve que ir a cambiarme de ropa porque estaba toda sudada de la secuencia anterior. Más?? De verdad??



Yo sé que tú sabes que yo sé.



Por otro lado Hannah McKay, que nombre tan maravillosamente redneck han elegido para esta representante de la White Trash evolucionada. Toda rubia, toda mona, toda grunge y a su vez  toda podrida y venenosa. Ella y Dexter conforman un amor de copla total, o rollo tragedia mexicana “por eso lleva una herida, por eso busca la muerte”. Grandiosa secuencia la que muestra a una malévola Yvonne Strahovski  dejando una orquídea negra subfamilia Nomeolvides-porquetevasacagar en la puerta de su “amor” con esa expresión tan "cuando menos te lo esperes, guapito".



Sí, sí, las bolitas de Navidad...: fíate y no corras.




Y por fin llego al momento final del episodio.  Confieso que con la tensión que se creó no esperaba el resultado, pero fue soberbio. La pobre Debra tirándose al abismo, cambiando su vida para siempre, traicionándose a sí misma y convirtiéndose en lo que más detesta. La pobre Debra abrazada buscando consuelo en el fruto de su equivocación, pidiendo perdón, dividida. Me llegó al corazón Jennifer Carpenter con esta interpetación.





Vaya papelón, Mari.



Deseando que llegue todo lo que queda. A ves lo que les cuesta seguir haciendo como que no pasa nada.




Epeteján.




Nota chorra: Erik King se ha operado la nariz sí o sí. La tocha de ayer no era la de la foto de abajo ni de coña. Por momentos a dudar si estaba viendo al Sargneto Doakes o a LaToya Jacson. No he encontrado una santa foto.



viernes, 7 de diciembre de 2012

De mayor quiero ser Diane Lockhart.




Diane Lockhart no tiene que explicarse a sí misma, se la suda ser cincuentona y soltera y sin hijos, pero a chorros.





Diane Lockhart supera a todos los hombres del mundo en el que vive sin tener que ser un hombre.


Quiero ese abrigo



Diane Lockhart se ríe de sí misma constantemente. Es capaz de enrollarse con un republicano de pro experto en balística y hasta de enamorarse de él, cuando ella es una abanderada del rechazo a las armas y la violencia.



No debía de quererte, no debía de quererteeeee....



Qué invento es esto











































Diane Lockhart viste y calza unos estilismos que se caga la perra.


Wearing red in court. Pull that off si tienes cojones.


Diane Lockhart tiene una de las risas más maravillosas que he escuchado, music to my ears. Es imposible no amarla, adorarla cuando ríe.





Diane Lockhart no es guapa y ni falta que le hace.





Diane Lockhart no es una perraca celosa y cabrona con sus subordinadas, como en las series suelen presentar a este tipo de personajes y como en la vida real acostumbra a suceder.





Diane Lockhart tiene una sólida amistad con un hombre muy atractivo sin por ello tener la necesidad de jinkárselo a toda costa.


Everything but the sex.


Diane Lockhart es experta en la delicada a la par que artística técnica del consumo de lingotazos en momentos clave con una cooleza infinita.






Aunque me conformaba con ser la Baranski, que tela marinera también. Cómo olvidar a la grandiosa Beverly “averigua qué marca de perfume usaba su padre” Hofstadter. Sólo dos apariciones hicieron ese rostro inolvidable. 






Tanto que cuando la vi haciendo de novia ochentera del prota en la pedorrez pija de El Misterio Von Bullow me sentí como si viera a mi bisabuela en el video de mi primera comunión.




Esos perfilados y pelucones marcaron una época.


Lo dicho. Gran-diosa.